Reseña Histórica

 

INSTITUTO DE LAS HIJAS DE MARÍA AUXILIADORA

Somos una familia religiosa nacida del corazón de San Juan Bosco y de la fidelidad creativa de Santa María Dominga Mazzarello. Don Bosco eligió para nosotras el nombre de HIJAS DE MARÍA AUXILIADORA porque nos quiso como un monumento vivo de su gratitud a la Virgen por las gracias que continuamente Él había recibido de su bondad materna.

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La opción de fundar una institución a favor de las jóvenes la tomó Don Bosco en Turín por instancia de varias personas, por la constatación del estado de abandono y pobreza en el que se encontraban muchas muchachas, por el contacto con varios institutos femeninos, por la profundidad de su devoción mariana, por la confirmación del Papa Pío IX que le animó hacia este camino y por repetidos “sueños” y hechos extraordinarios narrados por él mismo. Contemporáneamente en Mornese, en las colinas del Monferrato, la joven María Dominga Mazzarello animaba un grupo de jóvenes que se dedicaban a las muchachas del pueblo, con la finalidad de enseñarles un oficio, pero sobre todo con el compromiso de orientarlas a la vida cristiana.

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A distancia, dos señales en la misma longitud de onda mandaban un mensaje idéntico; tenía que nacer también para las niñas y las jóvenes el ambiente educativo que ya existía en Turín-Valdocco, para los muchachos por obra de Don Bosco. María Dominga Mazzarello fue cofundadora al dar vida, forma y desarrollo a la nueva institución.

El 5 de agosto de 1872 , San Juan Bosco funda el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora; el primer grupo de mujeres jóvenes pronunciaron su “sí”, como la Virgen María, para ser “ayuda” sobre todo entre las jóvenes. 

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FUNDACIÓN EN EL PERÚ

El Dr. Manuel Candamo, entonces director de la Beneficencia Pública de Lima y más tarde presidente de la República, quiso cumplir cuanto antes con la voluntad de Don José Sevilla, quien en 1880 había dejado una cuantiosa suma de dinero a la Beneficencia para una obra a favor de la niñez más pobre, y pensó en las Hijas de María Auxiliadora y en los hijos de Don Bosco.

Hechas las gestiones respectivas, el 26 de julio de 1890, se suscribió en Turín el Contrato entre la Beneficencia Pública de Lima, representada por el Dr. José Canevaro y la Congregación Salesiana representada por Don Miguel Rúa, primer sucesor de Don Bosco.

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Ese mismo año, procedentes de Chile pasaban por Lima los misioneros salesianos Don Ángel Savio y Don Evasio Rebagliati de paso hacia Ecuador y Colombia respectivamente. Don Savio, por encargo de Don Rúa se detuvo en Lima 15 días para ver el asunto de la nueva fundación, la misma que se concretizó cuando Don Santiago Costamagna, superior de las misiones del Pacífico, pasó por Lima y conociendo el nuevo campo de apostolado salesiano, tuvo la entrevista con los propiciadores de la obra.

En la Basílica de María Auxiliadora de Turín, después de la solemne bendición que se solía dar a los misioneros y tras un viaje de 45 días surcando el mar, el 28 de setiembre de 1891, a tan solo 19 años de fundación del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, llegaban al puerto del Callao las primeras misioneras salesianas.  Ellas fueron: Sor Angela Piai que venía como directora, Sor Luisa Pompignoli, Sor Lavinia Albertini, Sor Luigia Grassi, Sor Marcelina Zinelli, Sor Rosa De Valle, Sor Teresa Tapparello, Sor Elisabetta Mayer y Sor Luigia Ruatta.

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Fueron recibidas por el arzobispo de Lima, Monseñor Manuel A. Bandini, quien gozó mucho con la llegada de los nuevos misioneros y misioneras. Las Hijas de María Auxiliadora se establecieron en el Rímac para trabajar en el ‘Instituto Sevilla’ que dependía de la Beneficencia Pública de Lima.

En mayo de 1896, la Madre General, Catalina Daghero, segunda Superiora General, visita el Perú y manifestó el deseo de tener una obra propia para asegurar la labor apostólica según el carisma de los Fundadores, San Juan Bosco y Santa María Mazzarello. Este deseo dejó gran inquietud en el corazón de las hermanas que tenían muy vivo el espíritu de los orígenes.

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Es así como la Madre Nazarena Galli, Visitadora, en compañía de sor Luisa Pompignoli, visitaron al arzobispo y le manifestaron el deseo de fundar una nueva casa en Lima o en el Callao.  Monseñor, después de escucharlas, animarlas y aconsejarlas les responde con voz firme y segura: “en Lima y en el Callao”. La primera fundación fue en el Callao. Cuántos esfuerzos, trabajos y fatigas para la adquisición del terreno en la Calle Constitución y Uruguay. Hubo momentos en los que las hermanas encontraron los caminos bloqueados, especialmente en el campo de la Educación. Muy pronto la Virgen acudió en ayuda de sus hijas y poco a poco los problemas se fueron solucionando.  El nuevo Prefecto del Callao, Señor Carlos Ferreiros, concedió los permisos necesarios para establecer la obra de la Congregación.

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130 AÑOS DE PRESENCIA SALESIANA

Hoy, después de 130  años, la obra salesiana de las Hijas de María Auxiliadora sigue viva, animada por el amor a Dios y el ardor apostólico de nuestros Fundadores, Don Bosco y María Mazzarello, quienes nos siguen acompañando en la ardua tarea de educar a la juventud.

Las Comunidades Educativas se empeñan en asegurar un ambiente educativo y cultural favorable para el crecimiento integral de las estudiantes, tratando de establecer un compromiso, una alianza colegio-familia, para aportar a la transformación de la sociedad ofreciéndole jóvenes que se sean buenas cristianas y honestas ciudadanas.

 

[1] Cf Lenti, A. (2007). Don Bosco: Historia y carisma. Tomo 1. Madrid, Ed. CCS, pág. 38